Vivo mi vida como si me mirases todo el tiempo
Vivo mi vida como si me mirases
Todo el tiempo.
Como si tus ojos se fijasen en mi cuerpo
Y romantizases cada movimiento.
Desde mi pecho a mis tobillos,
Trazas las curvas, y dibujas, así, un mapa;
coloreando lo conquistado y lo que conquistarás.
Rellenas los huecos de mis costillas
Con jardines traídos de las andinas,
y mientras duermo, aprovechas
y arrancas - una a una - las espinas.
Vivo mi vida como si me mirases
Todo el tiempo.
Quizás para sentirte más presente,
Quizás para hacer tu idea de mí, viviente.
Pero de vez en cuando me equivoco, y desapareces.
Tu imagen se esconde bajo la penumbra de
Mis mejores pendientes.
Tu voz se camufla entre las risas de mis amigas.
Te pierdo al son de cada consejo de mi madre:
que me busque a otro, que ella pronto quiere boda.
Pero estoy decidida
A tenerte como espectador perpetuo
De mis desgracias y hundimientos,
De mis sueños que, sobre aire, danzan
y de vez en cuando chocan.
Te encuentro en el hilo entre la verdad
y lo exagerado de mis historias.
En mis risas contenidas por protocolo.
Sujetas los cojines empapados
Porque nunca he sabido llorar poco.
Los escondo con una sonrisa
Al oír que tocan la puerta.
No ha pasado nada, la vida sigue, los cojines secan.
Con las cuerdas de mi mente
hago melodías de harpa,
de piano, de acordeón.
Algo que se acerque a lo que oyes
al llegar al cielo (o a tus brazos, me sirven cualquiera de los dos).
Compongo melodías y lo titulo tu voz.
Con ella me respondo,
cuando no me escucha ni Dios.
Porque estoy decidida,
a no reducirte a una mera memoria
a tenerte como espectador perpetuo
de mi vida, de mis desastres y de mis
tropiezos de niña tonta.
Decidida a que seas la fuerza que
me levante, y la cama a la que vuelva
cada vez que este mundo de mierda
me rete a levantarme una vez más.
Estoy decidida,
Te lo digo de puntillas
y con mis dos alas rotas.
Porque una vida sin tu fantasma,
Mi amor,
Es peor que una vida sola.